La proeza de amistad

La verdadera proeza que alguna vez nos llega a todos en la vida, al menos una vez, es la de tener a alguien que te pueda entregar un símbolo afectivo de amistad...quizá sea algo utópico decirlo ya que mucha gente es y ha sido despreciada a lo largo de los siglos y siglos de existencia. En el mundo, es imposible medir cuantas veces alguien consigue una amistad al día o la pierde. De la misma manera es imposible saber cuanta gente sonríe o cuanta gente llora. El saber de las proezas de gente que te cuenta sus historias vividas es muy alentador, ya que queda claro algo muy bonito y es que nada está escrito realmente y nadie tiene un "dios" que le maldice o le bendice.

Mi proeza de amistad personal, o mas bien la proeza de amistad que puedo relacionar con este concurso es la de difundir este mesaje hacia todos los lados posibles...hacia mi pasado y hacia mi presente, pensar que todo el que lea estas líneas tiene algo que contar, algo que gritar, algo que susurrar...todo eso es a mi parecer una gran proeza a la cual yo mismo propongo dejar constancia en este blog.

Una gran ayuda, una gran proeza de amistad es la que acontece cuando alguien se presta en colaboración positiva por razones obvias, razones sencillas de entender. Soy tu amigo y por eso te doy mi mano, ante todo estoy ahí, para lo que sea. Por eso pienso que las proezas de amistad vividas son incontables. La gente sin darse cuenta ayuda mucho más de lo que realmente puede o es capaz de observar. La historia está en saber observar de que forma y cuando se es capaz de contribuir a semenjante acción altamente satisfactoria para la patata caliente que llevamos todos en nuestro interior.

La amistad ,es en mi opinión uno de los sentimientos más salvajes del ser humano así como de los animales. Siempre recordaré como mi gata acudió a la ayuda de mi gato una vez que mi perro le tenía arrinconado. Ella fué con las zarpas abiertas y se tiró con fiereza al lomo de mi perro para despistarle y dejar paso libre a mi gato para escapar. Aún a sabiendas del tamaño que le superaba en grandes proporciones, mi gata fué capaz de acudir con gran valentía a la ayuda de mi gato. Eso es un ejemplo de amistad puramente animal, es decir, la amistad que nos rodea no es algo que compremos o nos atraiga emocionalmente por motivos objetivos. La amistad es mucho más que eso, es un mundo aparte en el cual nuestra vida es inexplicablemente vacía sin su compañía.